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El Principito, no es solo para niños
Una persona que solo se preocupaba por los números y nunca valoró una flor, miró una estrella o amó a alguien, sus años de vida sustancial equivalen a cero. Es como si literalmente, jamás hubiera vivido. Esto y mucho más se analizó en la primera entrega de “El Principito… ¿es solo para niños?”
Los demás planetas
En esta segunda entrega acompañaremos a nuestro Príncipe en su exploración a los planetas faltantes, y juntos averiguaremos que alhajas podemos extraer de sus recorridos.
El quinto planeta (el más pequeño de todos) se encontraba habitado solo por un farolero y un farol. El hombre encendía y apagaba el farol cada minuto sin parar, por lo que su trabajo se había vuelto agotador. ¿La razón? Su planeta giraba más rápido año con año y ahora daba una vuelta cada minuto forzándolo a encender y apagar el farol sin detenerse. Atrapado en su rutina, el farolero solo quería descansar, pero no podía, pues estaba atrapado en un ciclo repetitivo, volviendo a hacer las mismas tareas cada día sin cuestionarse por qué.
El caso del farolero es una alerta para la monotonía que suele conllevar la vida adulta. Es un recordatorio de cómo las tareas repetitivas y mecánicas pueden dejar poco espacio para la satisfacción personal. Los trabajadores de hoy están atrapados en un ciclo de trabajar más y más, y la mayoría de las veces y tristemente, sin mejoras en sus beneficios y calidad de vida. Otros, en una búsqueda insaciable de riquezas y “falso éxito”, se vuelven en verdaderos trabajólicos. Pero eso a la larga, solo resulta en frustración y en una sensación de profundo vacío.
Por eso, a veces es necesario detenerse, respirar, tomar una bocanada de oxígeno. Siempre que sea posible, hay que buscar el equilibrio entre el descanso, el ocio, tiempo de calidad para invertir en la familia y amigos, y el trabajo, las responsabilidades y sus derivados. Para poder tener una vida más plena, es necesario mantener la línea de gravedad en estabilidad.
En el sexto planeta, el Principito conoce a un geógrafo anciano, encargado de registrar la ubicación de mares, ríos, montañas y desiertos, pero su trabajo dependía de lo que le reportaban los exploradores. Cuando le pidió al Principito que le describiera su planeta, él empezó describiendo su flor. Al oír sobre la flor, enseguida el geógrafo la desestimó por ser efímera ya que según él “solo anota cosas duraderas como montañas y ríos”.
El geógrafo nos enseña la triste realidad de muchas personas que creen saber mucho, pero su conocimiento es superficial, porque nunca han salido a explorar por sí mismos. Todo lo que saben es a través de redes sociales, páginas de internet y exploraciones web. Aunque eso no es malo en sí mismo, el problema radica en que su perspectiva es reducida, pues se lo han contado otros. Esas personas cuando desestiman “la flor del Principito” solo muestran que su visión es limitada, que solo viven indirectamente a través de historias ajenas. Necesitan explorar, conocer por sí mismos para conectarse de verdad con el planeta y con lo que nos rodea. Dejar de vivir en un mundo virtual: dejar el celular, mirar a los demás y a su alrededor. Si lo hacen, se sorprenderían de las maravillas que les abre un mundo sin explorar.
Siguiendo la sugerencia del geógrafo, el Principito viaja a la tierra y aterriza en el desierto africano. Al llegar, su primer encuentro fue con una serpiente, con la cual conversa sobre la soledad del desierto. La serpiente le explica que uno puede sentirse solo tanto en el desierto como rodeado de gente, lo que nos hace pensar que el sentimiento de soledad es más un factor interno que externo. Esta dualidad podría darse o no, dependiendo de si estamos a gusto con nosotros mismos, si estamos llenos en nuestro interior o con la calidad de la compañía, más que la cantidad de ésta. El Principito Reseña por amarasleer.com
Después de recorrer desiertos y montañas, el Principito llega a un jardín de rosas iguales a la suya, lo cual lo sorprende y entristece: había creído que su flor era única en el universo. Pensar que su rosa no era especial ni él tan importante por tener solo una flor común y tres volcanes pequeños, lo afligió tanto que se puso a llorar. El Principito Reseña por amarasleer.com
Estando afligido se consiguió con un zorro al que invitó a jugar. Pero el zorro le dijo que no podía jugar con él porque no estaba domesticado. Al preguntar ¿qué era domesticar?, el zorro le explica que consistía en crear lazos especiales. Sin domesticar, el Principito era solo un niño más para el zorro y no lo necesitaba. Igualmente, el zorro era solo uno más entre miles de zorros y no le era esencial. Pero si el Principito domesticaba al zorro entonces se volverían importantes el uno para el otro. El Principito sería único para el zorro y el zorro para el Principito. Al entender esa nueva perspectiva, el Principito se dio cuenta que su flor lo había domesticado. El Principito Reseña por amarasleer.com
El zorro le dijo que solo se conocen bien las cosas que se domestican y que los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas y “como no hay tiendas donde vendan amigos los hombres ya no tienen amigos “. Aburrido de su rutina el zorro le pidió al Principito que lo domesticara, para que, con el tiempo, el trigo que le era indiferente hasta entonces, le haría recordar el cabello dorado del Principito. Al preguntarle cómo hacerlo, el zorro le indicó que tuviera paciencia y le subrayó la importancia de los rituales como encontrarse a la misma hora, pues los rituales (serie de acciones que se repiten) “preparan el corazón, lo hacen feliz y convierten lo común en algo único”.
Después de un tiempo juntos y tras haber domesticado al zorro, éste se entristece por la despedida del Principito. El Principito le recordó que fue su decisión ser domesticado a pesar de saber que traería tristeza. El zorro reconoció que la tristeza era un pequeño precio “por la belleza del trigo que ahora le recordaría al Principito”.
¿Por qué arriesgarse a amar?
Amar es abrir nuestro corazón aun sabiendo que el adiós dolerá. Esto hace que cada abrazo, cada risa compartida y cada momento compartido valga tanto, por lo que debemos apreciar cada momento. Es fascinante ver como lo cotidiano adquiere un nuevo sentido por el poder del amor; cosas sencillas como una canción, un lugar, una estrella, o “el trigo” se vuelven especiales porque nos recuerdan a esa persona amada. Esos recuerdos mantienen nuestra conexión con quien amamos y colorean nuestra vida, incluso en su ausencia. Amar a pesar del dolor que pueda derivarse de ello, no es una tragedia: la verdadera tragedia sería no haber experimentado nunca la felicidad y el significado que el amor da a nuestra vida.
Tras la despedida y por sugerencia del zorro, el Principito regresó al jardín de rosas para entender que su flor era única. Al observarlas entendió que su rosa era especial para él, porque había dedicado tiempo y cuidado en ella. Al despedirse, el zorro le reveló su secreto: “se ve bien solo con el corazón, porque lo esencial es invisible a los ojos”.
Así resulta: el tiempo, el cariño y el cuidado que dedicamos a nuestros seres amados, son cosas invisibles. Cuando nos tomamos el tiempo para conocer a alguien, podemos verlo con el corazón y ver su interior a través de su mirada. Se puede ver una sonrisa o una lágrima. Pero son solo expresiones de lo que en realidad no se ve, pero se siente con el corazón: la alegría, la tristeza o el miedo. Lo más importante es precisamente lo que no pueden ver los ojos, pero sí sentir con el corazón, y eso solo se logra cuando llegamos a conocer profundamente a una persona y nos preocupamos activamente por su bienestar. Es cuando esa persona se vuelve especial para nosotros.
Pero dedicar tiempo, tener paciencia y comprometerse con alguien no es algo que hacemos muy a menudo en nuestros días, pues en esta generación Alpha, lo queremos todo rápido, olvidando que las relaciones significativas necesitan tiempo, esfuerzo y atención constante. Las relaciones no se sostienen por la intensidad de ciertos momentos, sino por la consistencia, por la suma de “los rituales” o detalles: compartir momentos, experiencias y anécdotas. Justamente todo eso, hace esas relaciones tan especiales y valiosas. Un vínculo que hace que ese ser sea único entre millones de seres humanos iguales.
Espero que les haya gustado esta reseña. Considero este libro “El Principito” una joya de la literatura universal. Resalta verdades profundas de manera franca, sencilla y lógica, pero fresca y amena, desde la perspectiva de un niño curioso y lleno de imaginación y admiración por las maravillas que nos rodea, capacidad que lamentablemente con los años vamos perdiendo.
Si te gustó lo leído, esperamos contar con tus sinceros comentarios. También, cuéntanos sobre qué libro te gustaría que comentáramos en el futuro. ¡Te leemos! Y hasta la próxima reseña.
“Lee, vive y sueña por amarasleer.com”
El Principito Reseña por amarasleer.com
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4 respuestas a «Reseña y Reflexiones: El Principito de Antoine de Saint-Exupéry (Parte 2)»
Me encantó esta reseña del Principito tanto la parte 1 como la parte 2! Anteriormente había leído otras reseñas, pero esta que realizaron las superó. Es refrescante descubrir todo lo que se puede aprender en esta novela infantil. En el futuro me gustaría una reseña de la novela “Los Miserables” o de “Orgullo y Prejuicio”. Estaré agradecida
¡Gracias por tu valioso comentario y por leer todo lo que esta página web tiene para ti! Seguro que tomaremos en cuenta tu sugerencia😊
Me encantó esta segunda parte, realmente la rutinas repetitivas nos pueden dejar sin energía y cansados, por eso lo importante de ser equilibrados. También me gustó que no debemos tener miedo a amar a alguien por temor de perderlo como fue el caso del zorro que quería ser domesticado. Me encantó muchas gracias
El amor debemos experimentarlo y manifestarlo en todo su esplendor, sin ser mezquinos a demostrarlo, por el temor al fracaso o a sufrir. Gracias por leernos y apoyarnos con tus comentarios.
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