Parte 8: Los infieles deben morir… y sus secuaces también

Siguiendo las huellas de Anette (Parte 1)

Advertencia para mi infiel: “No pierdas un diamante por  andar recogiendo piedras”

 

Destruí el corazón de mi esposa, su confianza y lo más valioso que yo tenía: su amor. Confiado en su ardiente amor por mí, pensé que sus sentimientos nunca se extinguirían. Esta es mi historia de cómo la rompí, de mi arrepentimiento, y el después, de todo el desastre que causé.

¿De por qué la engañé? Digamos que mi relación con Zoira empezó por pura diversión, la presión de grupo y la influencia de Estévez, quién para ese momento consideraba mi amigo. Posteriormente coqueteé un poco con  Emily, porque se me ocurrió la genial idea que podía utilizarla  para sacarle información sobre los movimientos de Estévez,  pues para ese momento, había empezado a sospechar sobre sus turbios negocios, y ella era la asistente directa de Estévez. En cuanto a Roxana, mi ego machista me llevó a hacerlo. Ya había experimentado esa adrenalina de conquistador. Sabía que ella desesperadamente quería algo conmigo, así dejé que se acercara un poco. Pero ni con ella ni con Emily llegué al siguiente nivel. Solo quedamos en la fase de coqueteo.      (Series adictivas por amarasleer.com)

Lo sé: todo esto son solo excusas inútiles. Las disculpas no tienen sentido cuando lo hice de forma consciente y para mi propia conveniencia. Como dice un dicho popular, a menudo nos damos cuenta de la importancia de alguien después de perderlo. Y llegado a este punto, pienso en lo estúpido que he sido por no darme cuenta a tiempo. Después de todo, si ella era realmente importante para mí, entonces debí atesorarla adecuadamente. Y en muchas ocasiones, mi alto ego me llevó a no expresarle de manera abierta mis sentimientos, a ser distante e incluso frío con ella.

Recuerdo la noche antes del viaje de negocios para el lanzamiento del último producto. Ella me preguntó: “Luisan ¿tú me amas?” no le contesté, me hice el dormido. Pero volvió a preguntar sabiendo que estaba fingiendo. Esta vez  le respondí, pero con un atisbo de fastidio en mi voz: “claro, sino, no me hubiera casado contigo; déjame dormir que necesito levantarme temprano”.            (Series adictivas por amarasleer.com)

A la mañana siguiente antes de salir de la casa me hizo la misma pregunta, pero me fui sin darle respuesta, alegando que ya se me había hecho tarde. Sin embargo, antes de subir al taxi, miré hacia la ventana de nuestra habitación y allí estaba ella parada, mirando por la ventana. Fue un instante, pero llegué a percibir vacío y decepción en su mirada. En ese momento tuve un presentimiento de que algo estaba por ocurrir, pero como hombre al fin, no le hice cerebro al asunto, y a las pocas horas lo olvidé totalmente, hasta que sucedió… en eso radica mi culpa. No la abracé más, cuando tuve la oportunidad, no la besé cuando aún podía, no le expresé cuánto me importaba, lo di por sobreentendido; pero nadie puede ver a través de todo, ni siquiera alguien tan aguda como Anette. Y lo lamento…

Ahora, al llegar a casa y encontrarla contradictoriamente vacía y llena de ella, hace que me considere el ser más miserable de este mundo. Vacío de su presencia física, pero llena de ella, de sus recuerdos, de su toque en cada rincón, en cada detalle, en el enjuague que utilizaba en mi ropa (tomando en cuenta mis alergias), en la manera en que me recibía al llegar a casa, esperándome con una radiante sonrisa y una taza de café preparado a mi gusto, en los masajes que me daba en la cabeza para calmar mis frecuentes dolores de cabeza, en la manera cómo cocinaba según mis gustos, en la forma que organizaba mis asuntos para facilitarme la existencia, tanto pero tanto, que ahora sin ella, soy un completo inútil.

Estoy totalmente perdido, soy turista en mi propia casa, no sé cómo encontrar las cosas y en qué parte están. Y eso reafirma lo estúpido que he sido por no darme cuenta a tiempo de cuán imprescindible era en mi vida.

Y al no poder verla, y ni siquiera tener idea de dónde está… finalmente me hace darme cuenta de lo doloroso que es todo esto. El día que la perdí fue cuando me di cuenta: que era capaz de amar intensamente a alguien. Amarla lo suficiente para sentir este dolor abrazador que está destrozando mi corazón.                  (Series adictivas por amarasleer.com)

Así que quiero encontrarla de nuevo, y pedirle perdón. Si ya no siente más amor por mí ya no importa, solo quiero expresarle cuánto siento lo que hice, apelar a su bondad, a su compasión, a lo que fuera, pero estoy desesperado. Tengo que encontrarla una vez más. Saber cómo está, qué ha estado haciendo, cómo cubre sus gastos económicos (pues se fue sin nada, y sin siquiera recibir la compensación legal derivado del divorcio).

Y, además, tenía otras interrogantes: el video, la adquisición de la empresa, su relación con el nuevo propietario, sobre todo eso, quién era ese hombre y su relación con Anette, y lo peor, no podía volver a entrar a NK Technologies   para preguntarle directamente. Ese gran signo de interrogación sobre mi cabeza, me estaba corroyendo por dentro, y sabía que no podía seguir viviendo de esta manera. Así que me decidí, me decidí a hacer una búsqueda exhaustiva de ella. A seguir sus huellas, sus pistas, tendría que encontrarla, no importa el tiempo que eso me tomara.

Pero seguir las huellas de Anette no era una tarea fácil. Puesto que era huérfana, no le conocía ninguna familia a quién acudir. Y puesto que ella era poco sociable, tenía pocas amistades. Así que no podía encontrar pistas a través de su círculo social: amigos o familiares cercanos.

Por eso decidí empezar a buscar pistas a través de Zoira, Estévez, Emily y Roxana, las mismas personas con las que yo me había dado a la tarea de dañarla. Sonaba absurdo, pero no tenía otra opción. Y lo que descubrí con ellos me impactó: Estévez fue quién le hizo llegar el video, Zoira tuvo una tarde de café charlando con ella amigablemente en mi propia casa, Emily vio su sonrisa compasiva y Roxana recibió dos cachetadas de ella. Y todo eso me condujo a la siguiente noticia: su embarazo.

 

Continuará…

Eidly Liz

 

(Series adictivas por amarasleer.com)