XXVIII: ¿Y si mi corazón sangra…?


Mejores series de amor por amarasleer.com

Mejores series de amor por amarasleer.com

Capítulo XXVIII: El corazón necesita más tiempo para aceptar lo que la mente ya sabe

 

Tras unas cuantas semanas conviviendo con su esposo, Laly descubrió que su marido tenía un horario que acabaría con cualquier mortal. La únicas veces que tenía oportunidad de verlo era por las mañanas en el desayuno. Durante el resto del día estaba tan ocupado en la oficina, o haciendo planes y proyectos, concertando reuniones y siempre rodeado de personas, que regresaba agotado y bien tarde al anochecer. Incluso los fines de semana su agenda  estaba totalmente congestionada.

Sumado a ese factor, estaba la línea invisible que Flavio trazaba una y otra vez. Cuando sentía que su trato con Laly se volvía familiar y hasta cercano, inmediatamente trazaba la línea. Por eso, intentar comprender a Flavio se había vuelto para Laly como intentar comprender un intricado reloj de cuerda sin ningún conocimiento previo. Podría examinar cada engranaje, cada mecanismo, cada tuerca y palanca, pero eso no quería decir que fuera a comprender cómo funcionaba. Sin embargo, Laly no estaba dispuesta a darse por vencida. Cada noche lo esperaba y cada amanecer lo recibía con una vibrante mirada y lo despedía con una cálida sonrisa.  Y las notas en el espejo del baño se habían vuelto una constante en sus vidas.    Mejores series de amor por amarasleer.com

—Bien, ya está -le dijo Laly mientras le pasaba la mano en el cuello de la camisa tras acomodarle la corbata- mi esposo es en definitiva el hombre más bello del mundo, un colirio para mis ojos cada mañana

—No digas  cosas inútiles -respondió bruscamente para disimular su pena

Fue por fracciones de segundos, pero Laly notó el cambio sutil en su boca, dibujando una leve sonrisa, aunque quisiera parecer frío y seco

—Recuerda que hoy es el gran evento. ¿Puedo confiar en que todo saldrá bien?

—Puedes tener total confianza

Flavio la miró pensando “lo sé” pero no dijo nada y se marchó

—Chiquillo ¿no olvidaste algo?

—¿Olvidar? ¿Qué?

Laly  golpeando su dedo índice en su mejilla le dijo:

—Aquí, ven aquí

—Laly no tengo tiempo para esas tonterías

—Entonces lo haré por ti -y acercándose le estampó un beso y le dijo:

—La próxima vez te toca a ti

—Me tengo que ir -respondió, apresurándose a marcharse sin mirar atrás

—”Poco a poco… la paciencia es una virtud Laly. Paciencia y perseverancia es el epítome de la persistencia. Nos estamos acercando al modo de compatibilidad” -pensó Laly emitiendo una risita en voz baja

Pero luego, al sentir una mirada giró para buscar la dirección y notó la mirada insidiosa de Beatrice; sin embargo, al ver la mirada de Laly, rápidamente acomodó su expresión y dibujó una hermosa sonrisa en sus labios. Por supuesto, Laly hizo lo mismo.

—Mi señora, hoy es el gran día. ¿No está nerviosa?

—No, no mucho. Todo está bajo control

—¡Oh qué bueno! Es un gran evento y usted es la anfitriona; el señor Flavio debe confiar muchísimo en usted

Laly se sintió incómoda. Dependiendo de la situación o de la persona,  en ocasiones un cumplido podría ser un arma más fuerte que una ofensa. Era mentira que no estaba nerviosa, pues si no estaba atenta, un inconveniente podría llegar en cualquier momento,  pero no lo demostraría a Beatrice, no a ella. Ella quería, no solo pasar esta primera prueba, quería también que todo saliera perfecto para que Flavio se sintiera orgulloso de ella, quería ver en él esa mirada de satisfacción y admiración. Además, si todo salía según lo planeado, podría deshacerse de la espía que vivía en su casa y si los resultados lo permitían, por extensión quería exponer a Ámber y minar un poco la confianza de Flavio en ella.

—Mi señora ¿ya usted tiene todo listo para la cena de esta noche? ¿O le falta comprar algunos ingredientes?

—No te preocupes, ya tengo todo lo que necesito

—Entonces ¿cuándo vamos a empezar a cocinar?

—No te preocupes, todavía es temprano y.. además, me gusta cocinar sola. Y en caso de que necesite ayuda, Lía y Lorenzo quedaron en venir en un rato. Ocúpate como siempre de los oficios de la casa. Más tarde vendrá una experta en decoración y una conocida de una floristería para ayudarme con el jardín. Tu asignación será tener la casa limpia para cuando lleguen

—Yo quería ayudarla un poco más mi señora, en especial en la cocina. Es mucho trabajo para que usted lo realice sola

—Si te ocupas diligentemente de la limpieza, serás de gran ayuda ¿no crees? Puedes retirarte

— Sí

Beatrice se retiró con pasos lentos, pensando que no podría dejar pasar esa oportunidad de oro. Debía tratar de involucrarse más, pues si no, no podría cumplir con el encargo. En ese momento le llegó un mensaje en el celular:

—”¿Cómo va todo? ¿Averiguaste todo lo que cocinará? Recuerda cambiar la carne de res por la de cerdo, pues muchos de los invitados no comen carne de cerdo y además, debes asegurarte que todo quede tan salado que sea imposible de tragar”.

—”Aún no he podido acercarme a la cocina”

—”¿Por qué?

—”Siempre había actuado de manera predecible, pero justamente hoy parece un poco extraña. Está muy sigilosa”

—”¿A qué te refieres?”

—”No sé, hay una extraña atmósfera; trazó una línea para no dejar que me acerque a la cocina”

—”¿Sospechará?”                                     

—”No, imposible. Ella siempre es muy cálida, confiada y amable. Diría más bien que un poco tonta. No creo que sospeche de mí”

—”Tienes que estar en la cocina con ella en todo momento y a la mínima oportunidad o descuido, sabotear lo que está haciendo. Que se confunda de carne, que le quede salado, que se le queme algunos alimentos, que se retrase, sobre todo eso, que se retrase muchísimo, para así yo ser la gran salvadora de este evento. Ya encargué la comida de esta noche a uno de los mejores chef de San Marino. Apenas  envíe un mensaje mandará la comida que tengo encargada. ¡Te imaginas lo bien que me sentiré al salvarle la cara a Flavio! Este plan perfecto no puede fallar. Además, ya invertí muchísimo dinero”

—”Sí, así será. Ya tengo idea de lo que puedo hacer”

—”Bien, confío en ti”

Por otro lado, en la oficina de Flavio…

—”Me di la vuelta y pude verla durmiendo plácidamente… su piel ligeramente bronceada, sus pestañas largas, sus labios carnosos algo rojizos, sus mejillas rosadas. Lentamente le quité un mechón de cabello que tenía en el rostro. No puedo creer que al estar tan  cerca de ella mi corazón latiera tan rápido como hace 17 años. Y de repente ella abrió los ojos…”

—“¿Qué haces?”

—”Yo… yo solo” -nuevamente me quedé sin palabras delante de ella, esto ya se estaba volviendo costumbre

—”Yo… yo solo”

—”Tú solo”…

“Ella trató de que yo continuara, que le diera una explicación… mi explicación. Pero ningún sonido salió de mis labios. ¿Qué podría decirle? ¿Qué solo quería besarla aprovechando que estaba dormida porque no soy capaz de besarla cuando está despierta?”

—Rayos, esa mujer me está volviendo loco -dijo Flavio en voz alta mientras se masajeaba las sienes- he estado como un idiota toda la mañana  recordando lo que me pasó en la madrugada con Laly

Después se levantó de su escritorio y se sirvió un café de la cafetera

—“Y es que esa mujer cuando debería estar profundamente dormida no lo hace. Por su culpa estoy así de agotado. Me voy temprano cada día y regreso bien entrada la noche para no enfrentarla. ¿A qué le huyo? ¿Será a la calidez de su mirada, a su sonrisa, esa sonrisa que logra iluminarme todos los días, hasta en mis momentos más oscuros?”

—Pero ¿qué está pasando conmigo? -volvió a decir en voz alta- ¿Desde cuando me volví tan romántico? Es mejor que me ponga a trabajar

—¿Y desde cuándo hablas en voz alta?

—¿Por qué se supone que no tocas la puerta? -respondió Flavio fulminándolo con la mirada -¿Cómo te dejó pasar mi asistente sin avisar?

Detrás de Luke estaba su asistente nerviosa, apresurándose a entrar, disculpándose

—Lo siento señor, él pasó directo sin darme tiempo de avisar mientras estaba contestando una llamada

Flavio le hizo una seña con la mano para que se retirara y le indicó a Luke que se sentara. Luke lo seguía mirando con una mirada traviesa

—¿Y a ti qué te pasa?

—Tampoco sé desde cuando mi amigo se volvió tan romántico -dijo entre risas- ¿acaso será por su señora? Pues Ámber nunca logró despertar ese lado tuyo

—¡Tonterías! ¿De qué estás hablando?  Si no es para nada importante, es mejor que regreses por donde viniste. Tengo mucho trabajo

—Así escuché, que te has vuelto una verdadera máquina de trabajo

—Así es, en mi vida no hay tiempo para sentimientos inútiles como el amor

Luke hizo una mueca, pero seguía mirando a su amigo con una sonrisa burlona, pues lo que alcanzó a escuchar cuando abrió la puerta, era a un hombre luchando con sus sentimientos. Al menos eso fue lo que creyó oír y ver.

Por otro lado, Flavio reflexionó en las excusas que estaba poniendo y reconoció que no quería amar porque tenía miedo: tendría que ofrecerse entero e incondicional, y no era lo bastante hombre para reconocer que sentía miedo a hacer eso… miedo de que tras abrir su corazón, Laly lo traicionara. Llegar a esa conclusión era como tener una hoja de acero clavada en su corazón que lo hería al menor movimiento. Tenía miedo de amar y arriesgar su corazón. Paradójicamente, a veces el corazón necesita más tiempo para aceptar lo que la mente ya sabe.    Mejores series de amor por amarasleer.com

 

Eidly Liz

Mejores series de amor por amarasleer.com

Mejores series de amor por amarasleer.com


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *