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Novela de protagonista con cicatrices amarasleer.com
Capítulo VIII: Recuerdos de un Pasado Incierto
(Parte I)
—Yo… disculpa –balbuceó Laly avergonzada
—No te preocupes, ambos tropezamos
—Y… ¿ya te vas?
—Sí, pero…Laly yo… necesito… preguntarte
—Laly perdona –interrumpió Lía abruptamente- adivina quiénes están aquí, dos de las tres chifladas: Chiara y Mellea. Las disuadí educadamente, pero no aceptan irse hasta no ver a Flavio
—¿A Flavio? Lo que me faltaba –respondió Laly dejando entrever cierta molestia
—Bueno, sabes cómo son ellas; Mellea no tanto, pero Chiara…
—Quédate aquí con Flavio, yo me encargo
Al salir, Laly delineó una sonrisa que no salió muy natural. Al ver a Laly, Chiara sin siquiera esperar su saludo se adelantó diciendo:
—Venimos a ver a tu gordito, sé que está aquí porque las señoras que acaban de salir nos dijeron que aún sigue en tu casa. ¡Mírate! Tienes a todo el pueblo revuelto con la noticia de tu compromiso. Orazia no pudo venir, pero le prometí una foto de él
—¿Y a ti que te pasa? ¿Acaso es un objeto de exposición? Lamento decirte que el museo cerró hace media hora y Flavio ya no está en exhibición
—¡Ni siquiera estás casada y eres ya posesiva con él! Tranquila amiga, no tengo debilidad por los kilos de más
—Bien, entonces pueden marcharse, pues no les permitiré verlo
—No Laly, también venimos a saludarlo –agregó Mellea
—No nos iremos hasta no lograr lo que queremos –continuó Chiara- no tenemos prisa, así que podemos esperar el resto de la tarde en la entrada o en el jardín hasta que llegue la noche. Aquí obtendré un excelente material para chismear, así que no me daré por vencida
Un par de minutos antes, Flavio se había acercado lo suficiente a la puerta, y como estaba entreabierta no solo escuchó la conversación sino que vio toda la escena. Y en ese momento, recortes de imágenes desfilaron por su mente: burlas de parte de un grupo de niños y allí de pie en medio de todos, una niña defendiéndolo, así como lo estaba haciendo Laly en ese preciso momento. Volviendo al presente, notó la feroz actitud de Laly y, por alguna extraña razón, le agradó, aunque no entendía del todo porque ella lo estaba protegiendo como una mamá osa.
—¿De modo que eres descaradamente fastidiosa y no te irás?
—Así es, no, no me iré
—Pues sé cómo sacarte de aquí
Y acto seguido, Laly fue a buscar una cubeta de agua en un pozo que estaba en el jardín. Cuando Flavio vio aquello, sonrió y pensó: “eres una fiera protegiéndome”. Pero finalmente, decidió salir.
—¿Qué pasa Laly? ¿No me vas a presentar a tus amigas?
Lía había salido detrás de él mirando a Laly con la cubeta en la mano, a Chiara y a Mellea.
—¡Y este Adonis quién es? –exclamó Mellea
—¿Tú? ¿Tú eres Flavio? –balbuceó Chiara mientras le apuntaba con el dedo índice
—Sí, soy Flavio Stefanelli –respondió con una sonrisa seductora mientras se acercaba a ella -¿Con quién tengo el gusto?
—¡Debes medir 2 metros! Y… y…-dijo Mellea aturdida
—No, realmente mido 1,85 –le contestó picándole el ojo, para luego ver de reojo a Laly que estaba visiblemente molesta, hecho que para su sorpresa le causó cierta diversión
—Por cierto, creo haber escuchado una pequeña discusión
Chiara que lo contemplaba, se acercó con cierta coquetería y empezó a contonearse alrededor de él.
—No, no hubo discusión. Es que tienes una novia tan celosa que está a punto de volverse loca; figúrate, no quiere que viejas amigas te saluden. ¡Tenemos tanto de que hablar! ¿Nos sentamos para ponernos al día?
Flavió ladeó la cabeza mientras observaba a Laly con diversión. De repente, la idea de ponerla celosa le hizo sentir cierta satisfacción, pero, al observarla más detenidamente y percatarse de su enfado, decidió no seguir con el juego, pues la mirada de Laly le transmitió a Flavio lo que en muchos años había dejado de percibir en otras miradas.
—En realidad será otro día… me tengo que ir señoritas, se me hizo tarde
—Aunque sea saca una foto con nosotras
—No me gustan las fotos, será para la próxima –respondió mirando a Laly
—¡Qué lástima! Pero tranquilo que tu imagen no se me borrará nunca de la mente, así que te puedo describir con lujo de detalles a mi amiga Orazia –respondió Mellea, que era más juiciosa- ¡Me alegra saber que estés tan recuperado tras el suicidio de tu padre!
Flavio ya estaba llegando al carro cuando se detuvo en seco y volteó a mirarlas, para luego mirar a Laly buscando respuesta en sus ojos:
—¿Cómo? ¿Cómo dices? ¿Mi padre se suicidó?
Eidly Liz
(Novela de protagonista con cicatrices amarasleer.com)
5 respuestas a «Capítulo VIII: ¿Y si mi corazón sangra…?»
Prometí no leer nuevos capítulo hasta que no hubiesen varios, ya que me dejan siempre con la incertidumbre de ¿que va a ocurrir?. Excelente, me atrapó de nuevo. Por fa ➕ capitulos seguidos, plis. Gracias 😄😄😄😄
¡Hola María! Muchas gracias por ser fan de la novela, por personas como tú es que trabajamos con tanto cariño. Y para tu deleite y el de otros lectores, la próxima semana será especial: será el lanzamiento de varios capítulos seguidos
Imploro más capítulos por favor. Esta novela es adictiva. Me angustia tanta espera😭😭😭
Excelente la trama de esta lectura.
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